Hoy es mi último día en Bee Social. No quería marcharme de la colmena sin antes dedicar un momento para poder escribir una pequeña carta en forma de post de blog sobre mi paso por aquí. 

Han pasado muchísimas cosas desde que llegué aquí en 2017 cuando todavía ni siquiera había salido de la universidad, así que va a ser muy difícil contarlas todas. Muchas cosas, y si, tanto buenas como malas porque no nos engañemos, esta profesión no entraña riesgos físicos ni tampoco estamos en primer línea de batalla para salvar a la sociedad, pero donde sí estamos es en primer línea para salvar a las marcas que confían en nuestro trabajo y esto, amigos no es sencillo aunque lo parezca. Ésta es una de las cosas que he aprendido en los últimos cuatro años y sobre todo en el rarísimo 2020 que nos ha tocado vivir! 

En la colmena he vivido de todo, pero sin duda he crecido a nivel personal y profesional. La colmena ha sido mi casa y mis compañeros han sido mi segunda familia durante los últimos 4 años. Han sido como mi familia porque soy una forastera habitando en Murcia sin saber muy bien como ha terminado aquí, pero sin duda gracias a gente como ellos sé que he encontrado mi sitio. He vivido tantísimos dramas a su lado! Y oye, los han soportado, me han ayudado y me han apoyado en momentos muy muy difíciles a nivel personal y eso no ocurre en todas las oficinas, pero si en la colmena. 

Al final de estos cuatro años sólo tengo palabras de agradecimiento, en primer lugar para Cris por haber confiado en mí desde el primer día y haberme dado la oportunidad de estar tanto tiempo en su colmena. 

A Miriam porque también confió en mí desde el primer día y no ha habido ni uno sólo en el que no me diera las gracias o me dijera lo bien que hacía mi trabajo. Eso era algo que me motivaba todavía más a dar lo mejor de mí. 

Sin Ana jamás habría descubierto maravillas como Ru’ Paul Drag Race o Pose y tampoco habría adquirido un léxico tan apropiado para los tiempos modernos como “pues claro chica”, “fantasía” o “Giiirl”. Además, Ana es la creadora del hashtag #VanesaDixit en twitter, donde tiene a bien contarle a la comunidad tuitera mis meteduras de pata cada vez que me dispongo a decir un refrán y siempre acabo diciéndolo mal. Menos mal que Ana es una señora de bien, una señora fetèn y me alumbra el camino diciéndome cuál es la opción correcta (Ni confirmo ni desmiento que al cabo de dos segundos se me olvide). 

Gracias a María he podido comprobar que los dramas diarios le ocurren a más gente en la vida a parte de a mi misma. Gracias tía, me he sentido súper comprendida a tu lado. María es una de las mejores personas que he conocido nunca y me enorgullece poder decir que es mi amiga. En los últimos tiempos tan convulsos en los que los grupos sociales se han visto tan reducidos hemos podido compartir nuestros dramas de únicas convivientes de nuestros hogares y eso, queridos amigos, eso une muchísimo. 

Ramón, tío, ¡pásate por la ofi que ya llevamos casi un año sin verte! Intentaré seguir tus consejos SEO y actualizar mi web de manera recurrente para algún día tener algo de autoridad pero… ¡no prometo nada! Nos seguiremos viendo por las esferas de las redes sociales.

Mención especial también la merecen Pedro y Marco, que, aunque hace un tiempo que dejaron la colmena, también aprendí muchísimo de ellos. 

A Pedro jamás le perdonaré que nos dejara, evidentemente, pero lo guay es que hemos podido seguir trabajando con él así que hasta hace sólo unos días ha seguido dándome envidia con todos sus gadgets y frikadas varias sobre fotografía. Tenemos prometido ir a la próxima ruta de la tapa de Cehegín a seguir rindiendo honores al hashtag oficial de la colmena #siemprezampando.

Y con Marco ¡La de cosas que he aprendido! Hemos trabajo casi 4 años codo con codo (literalmente) y es una fantasía descubrir a alguien con tanto mundo y tantas cosas que aportar como él. Además de ser mi corrector oficial de cualquier idioma, claro.

En definitiva, en la colmena empezó y despegó mi carrera profesional y eso jamás lo podré olvidar, así que esta despedida está siendo para mí mucho más difícil de lo que parece y ésto sólo se soluciona como lo solucionamos todo en la colmena ¡zampando! 

Me marcho, porque en un mundo tan ambicioso como el que vivimos, nuestras aspiraciones profesionales nunca cesan así que me embarco en una nueva aventura para seguir creciendo y poder aportar lo mejor de mi al sector para el que me he especializado mientras trabajaba en Bee, el diseño ux/ui. 

Gracias abejitas, os llevaré siempre en mi corazón. 

Atentamente,

La Mari Vane.